¿Cuántas fichas se reparten en el póker?

El póker es un juego en el que se apuesta dinero, y ese dinero está representado por unas fichas que tienen unas características únicas. Ya nos dedicaremos a ahondar en las cuestiones de diseño y aspecto tan peculiares de estos elementos, y vamos a intentar centrarnos en las dinámicas del póker que tienen como protagonistas a las fichas.

¿Cuántas se reparten a cada jugador en cada ronda? ¿Existe un límite a la hora de realizar apuestas? Te sacamos de dudas.

¿Qué cantidad de fichas de póker se reparten a cada jugador?

El papel de una ficha de póker está claro: representar un valor determinado de dinero que permite hacer las apuestas mucho más visibles y contabilizar el dinero que hay sobre la mesa de una manera mucho más eficaz.

Además de usar códigos de colores y formas distintas para agilizar el ritmo de las partidas, una ficha en el póker es una pieza clave para que las mismas puedan desarrollarse sin problemas. Si no hay apuestas, no hay póker. Por otra parte, normalmente está prohibido apostar dinero u otros bienes que no sean fichas, previamente cambiadas por dinero.

A no ser que haya unas reglas muy específicas que establezcan un límite en las apuestas, los jugadores pueden aglutinar tanta cantidad de fichas como dinero hayan cambiado antes de empezar la partida.


Una cantidad de fichas que, además, puede verse ampliada por las ganancias que se experimenten durante el devenir de la partida. Es decir, un jugador puede concentrar una cantidad de fichas no definida en función de la suerte, la técnica y la experiencia que tenga jugando al póker en sus distintas modalidades.

Por tanto, respondiendo claramente a la pregunta planteada: al jugador se le reparten, en primera instancia, la cantidad de fichas cuyo valor represente el montante total de dinero que ha pagado antes de empezar a jugar.

Es difícil determinar la cantidad exacta de fichas porque solamente hay que intercambiar el valor del dinero que se ha pagado por el equivalente en fichas. La cantidad dependerá del montante de dinero total entregado (lo pagado) y del reparto del valor de las fichas (si se reparten fichas de menor valor serán más numerosas que si se utilizan fichas de valor alto).

¿Cuántas fichas se acaban repartiendo en total en una partida de póker?

Cuantificarlo puede ser complicado y nada representativo, dado que cada partida es un mundo, pero si tenemos en cuenta la medida estándar para un torneo competitivo de unos 10 jugadores, normalmente unas 500 fichas deberían ser suficientes.

Una cifra que está de más en las partidas profesionales y en los centros de juego, que deben contar con las suficientes provisiones de fichas como para nutrir las partidas de póker que alberguen.

Pero esa cifra es muy orientativa y ha de cogerse con pinzas. ¿Por qué? Porque en una partida sin límites, los jugadores podrán participar con un stake mínimo, pero no tendrán por qué ceñirse a un tope, pudiendo cambiar la cantidad de dinero que consideren oportuna. Al final, las fichas que se reparten en una partida dependerán de los jugadores que haya en la mesa y de las cantidades que decidan cambiar para introducirse en la partida.


En la cantidad de fichas de póker que se pueden ver sobre el tapete en una partida influye mucho el valor. Porque el valor de las fichas de póker está determinado por una forma y un color concretos, además de por la indicación numérica que debe tener sobre su superficie, tal y como ya explicamos en este post.

Por eso precisamente es complicado dar una respuesta clara cuando se pregunta cuántas fichas se reparten en el póker, ya que dependen de muchos factores y su cantidad exacta tampoco influye en el devenir de la partida.

Como decíamos, tiene mucha influencia el valor de cada una de las fichas de póker que hay sobre la mesa en la cantidad de fichas que se pueden ver durante la partida. Es como el dinero: cuanto más pequeño sea el valor de una ficha, más cantidad habrá.

No es lo mismo tener un euro en monedas de un céntimo que en una sola moneda de euro. En el póker, esto funciona igual. Si entramos con un stack de varios ceros, probablemente se nos entreguen fichas más grandes, cuadradas (las de más alto valor) y menos de las redondas, aunque estas son igualmente importantes para hacer apuestas de poco valor.

De hecho, las salas normalmente dan prioridad a las fichas de menor valor, precisamente porque dan al jugador esa flexibilidad que necesitan. Es complicado que se pueda jugar bien al póker si sobre el tapete predominan las fichas de alto valor, así que la regla de oro es precisamente la contraria: siempre debe haber una alta cantidad de fichas de menor valor para dar más juego.

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