Esta célebre combinación de
cartas ha sido conocida desde hace décadas como “la mano del muerto”. Teniendo
en cuentas la historia real del infame protagonista y la cantidad de historias
que han alimentado la leyenda, no es de extrañar que la historia sobre esta
mano de póker haya llegado a nuestros días con una dosis de fascinación e
intriga propia de las mejores partidas de póker de la historia.
Pero, ¿cuál es el verdadero
origen del nombre con el que se conoce a la pareja de ases y ochos? ¿Qué
hay de cierto en lo que se ha contado con el boca a boca?
Lo que se conoce como “la mano
del muerto” en póker no es más que la combinación de cartas de dos ases y dos
ochos. Aunque no se llama así por ser una mala mano precisamente, la suerte que
corrió Wild Bill Hickok mientras tenía estas cartas en su última partida
de póker hizo que se conociera a esta combinación con ese nombre.
Wild Bill Hickcok era un bandido
y pistolero, una de las figuras clave del Salvaje Oeste en su momento. Nombre
que pasaría a la historia por la poca fortuna que demostró tener en sus últimos
compases. El hecho de haber muerto a tiros mientras jugaba al póker y retener
dos ases y dos ochos consigo hizo que a esa mano automáticamente se la
conociera como “la mano del muerto”. Así de simple.
Wild Bill, de nombre James
Butler Hickok, nació en 1837 en Illinois, Estados Unidos. Desde siempre fue
innata en él una actitud peleona y rebelde. Eso, unido a su gran habilidad con
las armas de fuego, hizo que lo tuviera todo para destacar en la edad dorada de
las bandas de vaqueros del Oeste.
Desde niño fue un gran tirador,
dado que defendía junto a su padre la granja que tenían. También usaban las
armas cuando echaban una mano a los esclavos de las plantaciones a
escapar a los estados libres, algo que haría que Wild Bill se ganara enemigos
con el tiempo.
El carácter de Bill hizo que a
los 18 años tuviera una pelea importante con otro chico. Ambos terminaron
arrojándose mutuamente por un canal. En ese momento, Bill pensó que había
matado al muchacho y escapó hasta llegar a Kansas para evitar ser
inculpado por asesinato. Aquí, se unió al ejército de vigilantes del Estado
Libre y trabajó como policía en los años siguientes, ocupando varios puestos
dentro de la jerarquía.
La vida de Wild Bill fue de lo
más variopinta. Algunos dicen que pudo escapar a la muerte de las garras de un
oso, que venció a más de un pistolero batiéndose en duelo y llegó
incluso a ser considerado uno de los pistoleros más rápidos desenfundando y
disparando.
Así fue toda su vida hasta que,
la fatídica tarde del 2 de agosto de 1876, Wild Bill estaba jugando al five-card stud poker en el Nuttal &
Mann’s Saloon, un bar de Deadwood, Dakota del Sur, cuando Jack McCall le
disparó en la nuca. McCall sería meses
después capturado por el asesinato de Wild Bill y condenado a
muerte -murió ahorcado en marzo de 1877-, pero la muerte del legendario
pistolero ya había sido consumada. Y en un momento, además, que le haría pasar
a la historia.
Al parecer, tras ser tiroteado,
Wild Bill cayó al suelo sin soltar sus cartas. Ese hecho ayudó a que se
empezase a adoptar el nombre de “la mano del muerto” a la doble pareja
que tenía Bill en el momento de su muerte. Años después, en la ciudad natal de
Wild Bill se erigiría un memorial en su honor por haber ayudado a los esclavos
a escapar. El Wild Bill Hickok Memorial fue declarado por la Agencia de
Preservación Histórica de Illinois como patrimonio cultural.
Aunque se ha hablado mucho acerca
de lo que supone tener esta combinación de cartas y de las posibilidades
que ofrecen, en realidad la mano del muerto no deja de ser una doble pareja.
Por tanto, a la hora de explorar las posibilidades que ofrecen estas cartas,
tendremos que pensar en jugarlas como tales.
Una de las cosas más importantes
cuando se liga una doble pareja es saber qué posición ocupamos y las
probabilidades que hay de que nuestra mano sea suficiente para vencer. La doble
pareja presenta un problema, y es que es difícil conocer si la mano va a ser
suficientemente fuerte como para ganar la mano, o si nos hemos confiado y nos
han batido por confiados.
Echar un vistazo a las cartas
comunitarias puede darnos una buena pista para saber en qué posición estamos.
Con la mano del muerto podemos aspirar a ligar un full, lo que nos
pondría en una posición fuerte. Sobre todo, si tenemos en cuenta que partimos
de una doble pareja fuerte, ya que tendremos dos ases. Con un poco de fortuna,
incluso podríamos aspirar a ligar un full de ases ochos.
A pesar de que la mano del muerto
se asoció a la mala suerte, en realidad retener una doble pareja de ases ochos
es una buena mano inicial en five-card
stud poker y nos colocaría en una buena posición para ir a por el bote.
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