El Pot Limit Omaha, comúnmente
conocido como PLO, es una modalidad del tradicional póker Omaha en la
que las subidas máximas vienen condicionadas por el tamaño del bote.
Tal y como su nombre indica, el límite
de las apuestas y de los aumentos queda fijado en el tamaño del bote, que
tiene en cuenta la suma del bote activo en el momento de realizar la apuesta,
más todas las apuestas que hay sobre la mesa, así como la cantidad que el
jugador debe igualar antes de hacer el raise.
Las apuestas preflop en el
Pot Limit Omaha deben cumplir unas características únicas para poder ser
válidas. La apuesta mínima debe ser, al menos, igual que la apuesta de la ciega
grande, y la apuesta máxima, como acabamos de explicar, está en el bote.
Las subidas mínimas siempre
deben ser iguales a la subida inmediatamente anterior que se ha hecho en la
ronda, siendo el bote también el tope máximo para cualquier subida.
Un aspecto crucial del Pot
Limit Omaha es que no es conveniente que haya medias tintas a la hora de
subir o de apostar. Si se sube la apuesta, hay que subirla hasta el límite
máximo de la cantidad permitida, la que marque el bote en ese momento.
Como acabamos de explicar, cuando
hablamos del límite del bote no solo hablamos del bote en activo, sino del
resto de apuestas en activo y de nuestro call. El concepto de “pot
limit” hay que manejarlo al dedillo para hacer nuestros cálculos como es
debido. Si no, acabaremos manejando números que no se corresponden con la mesa.
No, con matices. Hacer un raise
preflop no es nada recomendable, y para entenderlo tenemos que hablar de la
fuerza de las manos. Dos manos normales suelen tener un balance de fuerza
equitativo o aproximadamente igualitario. Podemos estar hablando de un balance
60-40 o 55-45, como ves, valores que van bastante a la par. Hacer una subida
preflop es absurdo porque la cantidad que estás apostando por tu mano en
realidad no se corresponde con la fuerza real de tu mano.
Un raise preflop, además de inhibir
el potencial de tu jugada por ser el bote aún demasiado pequeño como para
que una resubida tenga algo de sentido, te deja expuesto porque estarás
delatando tus cartas, pero espérate, porque te arriesgas además a que no puedas
conectar nada con el flop y te veas forzado a ir en el flop.
Si has hecho raise preflop, no
vas a hacer fold en el flop, eso sería más absurdo todavía. Entonces, ¿qué
hacemos? Seguir adelante, pero para cuando te des cuenta del fallo, ya habrás
metido la pata y te verás metido en un buen lío.
Suponte que raiseas preflop, el
flop no te favorece, te ves forzado a ir al flop, apuestas el bote y van
y te hacen re-raise. Es de todo menos bueno, ¿verdad? Moraleja: olvídate de los
raises preflop.
¿Cuándo puede funcionar un raise
preflop? Cuando juegas desde posiciones tardías. Ahí sí tiene sentido,
pero también expondrás tus cartas porque solo alguien con una buena mano
inicial haría raise preflop. La diferencia es que sí que te favorece engrosar
el bote desde Cutoff o Button.
Otro aspecto que debes tener en
cuenta sobre las apuestas y raises preflop: nunca podrás betear lo
suficiente como para echar de la mano a un rival, eso solo podrás hacerlo en
las últimas calles, con un bote más grande y con un juego más translúcido.
El escenario ideal es que
hagas una apuesta preflop estándar y que consigas ligar una doble pareja en el
flop con cartas premium. Tendrás una mano fuerte y mantendrás tu juego
opaco, pero mucho ojo con las cartas altas conectadas y con lo que te dé el
flop.
Conviene, además, fijarnos en la
clase de mesa en la que estamos jugando. Si el juego es más loose-passive,
las manos especulativas tienen más peso; en cambio, si es más
tight-aggressive, lo mejor es ser selectivo con las manos y meternos solo en
las manos OOP, aumentando nuestra involucración conforme nos aproximemos a las
últimas calles.
En las modalidades de póker
Pot Limit, los límites de las apuestas máximas y de las subidas están
fijados en el tamaño del bote, entendiendo el concepto de pot limit como la
suma del bote en activo, tu call y el resto de apuestas sobre la mesa.
Como decíamos al principio, en
las partidas Pot Limit, cada vez que se sube la apuesta hay que llevarla hasta
el límite de lo permitido. También hay que ser consecuente con cada apuesta
preflop que se hace; por ejemplo, una resubida preflop te fuerza a jugar el
flop; un call en el turn no es coherente con un fold en la última calle.
Si no sabes llevar hasta el
final una apuesta, delatarás tu juego y te meterás en problemas. La clave
en las partidas Pot Limit es saber cuándo llevar una apuesta hasta el final y
cuándo no, teniendo siempre en mente que nunca podremos hacer una apuesta o una
subida preflop lo suficientemente grande como para echar de la mano a un rival.
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