Saber calcular y evaluar una mano en póker es más importante de lo que parece. No solo podemos saber si hemos tenido suerte con las cartas que nos han entrado, sino que además podemos calcular las probabilidades que tenemos de llevarnos la partida.
Para poder realizar el cálculo, lo primero que debe hacer el jugador es comprender correctamente las reglas del póker. Una vez que se comprenden, el jugador se da cuenta de que las cartas son más que una pareja, sino que se deben obtener más combinaciones para poder ganar la partida que se está desarrollando. Y aquí es donde entra en juego la evaluación de las manos de póker.
El problema viene dado de que la evaluación no es sencilla. Para que te hagas a la idea, la tarea puede ser complicada incluso para un ordenador, el cual siempre debe encontrar el algoritmo adecuado. Por ese motivo, son muchos los jugadores que entrenan diferentes trucos para poder realizar la evaluación y así tener más opciones de éxito. Pero claro, cada uno tiene su truco y en ocasiones da buenos resultados y en otros no.
Si ya has jugado al póker en alguna ocasión, ya sabrás que en cada jugada se entregan dos cartas. Esas cartas solo las puedes ver tú y desarrollar tu jugada desde las mismas. Cuando se entregan las cartas, puedes pasar, ver o resubir si ves que la partida tiene buena pinta.
Pero para poder tomar la decisión, es vital evaluar las cartas que te han entrado en la mano inicial. Las mejores combinaciones que te pueden entrar son las siguientes:
Esas son las mejores manos iniciales que nos pueden entrar a la hora de jugar a Texas Hold 'em No Limit. Pero como hemos comentado, las manos iniciales son buenas, pero hay que evaluar los diferentes riesgos según se vayan presentando las cartas en la mesa. Eso sí, no te vuelvas loco. Si necesitas esperar un poco más de tiempo, hazlo. Lo importante es tener las máximas opciones para conseguir ganar las partidas y así disfrutar de una buena tarde noche de póker.
En más de una ocasión te darás cuenta de que la mano inicial no entra dentro de las 10 mejores. En ese caso, tendrás que evaluar si quieres asumir el riesgo de seguir jugando o esperar a la siguiente. Si quieres seguir adelante, lo mejor que puedes hacer es jugar las cartas más altas posible. Si son demasiado bajas y no tienen ninguna relación, la probabilidad de ganar es muy baja. Recuerda, siempre hay que pensar en las posibles combinaciones.
Pero en ocasiones jugar con las manos más bajas pueden dar la sorpresa y hacerte ganador. En ocasiones se puede sorprender en ciertos flops, por lo que las cartas bajas no siempre son sinónimo de perder. Eso sí, hay que jugarlas con mucha más cabeza.
A no ser que seas profesional, debes saber que hay algunas manos que no se deberían jugar. Es verdad que pueden ganar alguna partida aislada, pero la verdad es que la probabilidad es baja.
Algunas de las manos que no deberías jugar son 10-2, K-4, 9-4 o J-3 entre otras. Son cartas que no son muy altas y muy diferenciadas unas de otras. A no ser que tengas mucha suerte con las cartas que se ponen en la mesa, ganar la partida será casi imposible. Por ese motivo, es mejor retirarse y dejarlo para una ocasión mejor.
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