Existe toda una serie de recursos
que emplean las casas de apuestas para mantener el equilibrio y la estabilidad
de las bookies con el fin de garantizar la permanencia de las
principales firmas encargadas de organizar estas actividades. Los layoffs son
solo una parte de esos recursos, y para que puedan ser utilizados se tienen que
dar una serie de condiciones.
A grandes rasgos, el layoff es
una técnica que usan las bookies para equilibrar el nivel de riesgo en el momento
perciben que ha existido una entrada desmesurada de dinero en una sola
dirección. Normalmente, esto se debe a que ha habido una tendencia
mayoritaria de los usuarios a apostar en un mercado específico, lo que puede
romper el equilibrio del juego y comprometer su posición.
¿Y en qué consiste esa técnica?
En una apuesta que hace la propia bookie en una casa de la competencia. Así, se
consigue equilibrar el exceso de capital que los usuarios han apostado
en un determinado resultado.
La presencia de un layoff tiene
más sentido cuando se deja de mirar a una casa de apuestas como una mera
organizadora y pasa a ser el rival principal. Y es que, en el momento de
apostar, los usuarios están jugando contra la propia bookie, ya que es ella la
que pierde dinero si el usuario gana la apuesta y viceversa.
Más allá de impedir que el
usuario gane una recompensa, lo que se pretende con técnicas como los layoffs o
el cobro de overrounds es garantizar la longevidad de la plataforma y
equilibrar el juego, teniendo en cuenta que no es recomendable que todas las
apuestas vayan a un punto específico e ignoren el resto de opciones del
mercado.
El efecto último de los layoffs
es la reducción de las cuotas, que permite reducir el dinero a entregar
por apuesta y equilibra el balance gasto-ganancia de la casa.
No existe una norma específica
que prohíba a una casa de apuestas pagar una apuesta en una casa de la
competencia. Es más, teniendo en cuenta el carácter regulador de este
movimiento, es posible que incluso se promueva desde dentro del sector,
como mecanismo de protección para nivelar la dirección del capital.
Con un layoff digamos que lo que
se consigue es expandir las direcciones que toma el dinero, que es lo que
interesa a la bookie. Porque, en caso de que las apuestas se concentren en una
sola dirección y todas las apuestas resulten ganadoras, la estabilidad de la
casa puede verse perjudicada y es preciso evitar una posible devaluación de
las cuotas, lo que llevaría a los usuarios a no seguir apostando en esa
casa.
Por tanto, resumiendo lo que es
el layoff: apostar en otra casa de apuestas para reducir el riesgo y
equilibrar la dirección en la que se mueve el dinero.
Hay que ser realistas: ninguna
casa de apuestas va a comprometer su viabilidad ni a corto ni a largo
plazo en pro del espectáculo. Hay aspectos y técnicas de protección que solo
las bookies conocen, y los puntos críticos de layoff, lo que se conoce como los
layoff spots, son prácticamente indetectables.
Dado que las bookies miran por su
propia supervivencia, es necesario entender que estas siempre van a tener el
control sobre las apuestas para evitar posiciones delicadas que afecten a la
estabilidad de la plataforma.
Siempre se busca mantener
equilibrada la acción, y la casa de apuestas tomará las medidas necesarias
para garantizar que esa estabilidad se mantiene efectiva. Un usuario por sí
mismo no puede evitar el proceder de la casa, dado que hay encuentros que, de
por sí, por la euforia desatada y el hype generalizado, hacen que los
aficionados dirijan sus pronósticos en la misma dirección.
Esa medida de protección que es
el layoff beneficia, además de a la propia casa, a los usuarios que han
apostado porque es la bookie la que tiene que hacer frente al pago de las
recompensas en caso de que todos esos pronósticos sean acertados. El riesgo de
asumir un gran número de apuestas hechas en la misma dirección es ese, que si
resultan apropiados se deben abonar, y la envergadura de ese coste depende del
volumen de las cuotas.
Mediante el layoff, la casa de
apuestas puede afrontar esos pagos mediante las potenciales recompensas
que gane de esa apuesta hecha en una bookie de la competencia, usando su propio
pronóstico como herramienta para garantizar su solvencia.
En caso de que el pronóstico sea
erróneo para todos aquellos que han apostado en la misma dirección, la casa
de apuestas gana al quedarse con el precio de las apuestas que han
resultado perdedoras.
Por tanto, el layoff en apuestas
deportivas es una herramienta de solidez que garantiza el equilibrio de
la casa y la estabilidad de las jugadas, siendo también un método eficaz para
garantizar una alta exigencia financiera a la bookie en momentos donde las
apuestas son unidireccionales.
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