Daniel Negreanu es una de las grandes leyendas vivas del póker y su gran estilo de juego ha cautivado a miles de aficionados al póker de todas partes del mundo. Por eso, si hay una voz autorizada a aconsejar sobre la mejor manera de empezar a jugar al póker, sin duda esa es la de Negreanu.
El mítico jugador canadiense toca siete cuestiones que a su juicio son vitales para empezar con buen pie en el póker. Atentos, porque puede ser una base muy sólida sobre la que cimentar una prolífica trayectoria.
Negreanu parte de la base de que las cartas de cada jugador son su elemento más valioso, y razón no le falta. Ellas son el motivo por el que los jugadores se marcan faroles o tratan de adivinar las manos que aspiran a formar interpretando su lenguaje corporal. Enseñarlas a la ligera puede suponer la diferencia entre mantener vivas las aspiraciones a la victoria o perder una buena ocasión para poner en aprietos al rival. Incluso aunque creas que están todos los riesgos controlados, lo mejor será que no las muestres si no tienes que hacerlo.
Los rivales siempre analizarán tus jugadas, cuánto has apostado y cómo lo has hecho. Con experiencia y más partidas jugadas puedes elegir con qué clase de jugadores destapar tus cartas, cuándo no hacerlo y, ante la duda, guárdate siempre esa baza.
En el póker, a menudo los detalles insignificantes son los que más importan y los que más verdad esconden. No olvides que el póker va de engañar al jugador, de evitar que haga una lectura correcta de la partida, y los detalles que quedan fuera de control son los que pueden hacer que percibas algo revelador en tu contrincante.
De hecho, lo mejor es que te entrenes a la hora de interpretar el lenguaje corporal porque es bastante habitual que los disgustos durante una partida vengan por ahí. De hecho, ni siquiera el mejor jugador de póker del mundo sería capaz de mantener una racha indefinida de éxitos y lo mejor es que te mentalices de que el momento de la derrota llegará. Aprovecha ese momento para conocerte mejor a ti mismo y tratar de pulir las debilidades que han dejado al descubierto tus vulnerabilidades de cara al resto de jugadores.
Estamos convencidos de que te mueres de ganas por ir de farol o por descubrir el de algún jugador, pero tómatelo con calma: los faroles son jugadas complejas que esconden mucho más de lo que crees. Por eso, lo mejor es que mientras estés aprendiendo te relajes y optes por no obsesionarte con la cuestión de los faroles. Al fin y al cabo, estos vendrán solos y antes o después tendrás que enfrentarte a ellos, así que mejor espera al momento adecuado.
La experiencia dice que cuando se intenta ir de farol y no se tiene la suficiente experiencia, es habitual que salga mal y las consecuencias suelen ser poco menos que catastróficas. Y no son pocos los expertos y analistas de póker que aseguran que el éxito del estilo de juego de Negreanu es que evita a toda costa ir de farol, siempre que pueda.
Ahora bien, una cosa es ir de semifarol con outs y con opciones de llevarte la mano, y otra muy diferente ir de farol completamente a ciegas y sin ninguna experiencia. Esto debes evitarlo a toda costa.
Si en algún momento de la partida crees que debes ver muchos flops, sobre todo cuando es barato, cuidado porque estarás metiendo la pata. De hecho, en palabras del propio Negreanu, eso es jugar mal al póker. Más claro, agua.
Lo mejor, según la leyenda canadiense, es que no te dediques a limpear cuando las ciegas estén bajas. Y es que con ciegas del 25/50 solo hay 75 puntos en el bote que te puedas llevar. Nada más.
Ahora bien, en los compases posteriores, cuando entran en juego los antes, suele haber mucho más que ganar cuando se ve el flop. Ese es el momento de abrir la mano a la hora de entrar en los botes. Eso es jugar loose en el momento apropiado. Entrénate cuanto haga falta y ensáyalo en partidas amistosas o simulaciones todo lo que necesites.
Adquirir un perfil tight puede ser muy beneficioso en según qué circunstancias, pero hacer que los rivales crean que juegas tight sin hacerlo es casi un milagro que no muchos jugadores pueden conseguir. Vamos a explicarlo.
Si no has jugado una mano durante mucho tiempo, lo primero que tienes que hacer es asegurarte de que tus compañeros de mesa se percaten de ello, ya que solo será en ese momento cuando puedas conseguir los beneficios necesarios para ello. Es decir, llama su atención sutilmente para que pongan la vista en ti.
Puede ocurrir que el resto de jugadores de la mesa ni siquiera se percaten de que no has jugado una mano en mucho tiempo, lo que quiere decir que o están fingiendo o son malos jugadores de póker, así que si sale mal también puede ser revelador para ti.
Luego están los jugadores que pueden ser etiquetados como TAG, tight-agressive, que se caracterizan por priorizar siempre la formación de una buena mano durante el preflop mientras, de manera simultánea, se juega sus manos de forma agresiva. Para los novatos, este perfil de jugadores suele ser bastante impredecible, pero con experiencia y tiempo se suelen calar enseguida.
Jugar por jugar nunca sale bien. No al menos en póker. Por eso, una de las claves que da Daniel Negreanu es que tengas siempre un objetivo. Pero no un objetivo ambiguo como “ganar” o “llevarme el bote”. Un objetivo concreto, en una fase determinada del juego, para conseguir siempre la mejor jugada en cada compás de la partida.
Esto es vital para mantener la concentración y que el juego se desarrolle siempre como tú quieres. Debes tener en cuenta que en póker existen tantas variables que es habitual que no siempre se preste atención a todo. Si esto sucede, lo importante será mantener la atención en un único objetivo para no terminar de perderte.
Si la jugada se está desarrollando y no estás comprendiendo lo que está pasando, tus rivales se darán cuenta y te devorarán, porque se percatarán de que has perdido el hilo de la jugada. Esto es lo que tienes que evitar a toda costa, y puedes hacerlo manteniendo una meta siempre clara.
Como en cualquier juego, fallar forma parte del aprendizaje. Saber perder es fundamental y, aunque en el póker las pérdidas pueden tener un coste económico importante, lo cierto es que esto es importantísimo para no perder el norte. Muchos jugadores profesionales que se han dejado dominar por el fracaso han sucumbido y se han echado a perder. Y es que es de vital importancia que las pérdidas se interioricen como lo que son, momentos puntuales en los que una jugada no ha salido bien y que pueden ser utilizados para aprender a mejorar el estilo de juego y leer correctamente las partidas.
Además, ten en cuenta que nadie nace aprendido y que todos los jugadores del mundo han tenido que dar sus primeros pasos en algún momento de su vida. Por tanto, lo mejor es que mantengas la calidad de tu juego, que relativices los fallos y que las derrotas te las tomes con filosofía. Son la mejor lección que te podrás encontrar en tu camino al olimpo del póker.
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