Psicología del Póker: Cómo la Mentalidad Afecta tu Juego Online

El póker ya no puede ser considerado como un simple juego de cartas. Esto es debido a que contiene muchos elementos a tener en cuenta, desde las posibles manos a las estrategias a emplear durante el desarrollo de una partida. Además, la gestión de las emociones, la capacidad de marcarte un farol y la experiencia en torneos también juegan un papel determinante. Hoy en día, con los avances tecnológicos, es posible jugar contra usuarios de todo el mundo en cualquiera de las muchas páginas de póker online que hay disponibles.

El póker no es un juego 100% de azar como sucede en otros juegos de cartas. Se podría decir que la suerte se limita al reparto de cartas inicial, pero el resto queda a merced de los conocimientos de los jugadores. En ellos, el apartado psicológico tiene un gran protagonismo, superando, en ocasiones a las tácticas y habilidades de los jugadores. La cuestión mental no es un tema baladí como veremos a continuación, aunque no siempre se la considera como el pilar que sustenta el éxito de muchos profesionales. 

Comprender y aplicar una serie de principios psicológicos básicos son esenciales en repertorio de todo jugador. El motivo está en que estos elementos ayudan a tomar decisiones estratégicas acertadas, y no nos referimos a momentos intrascendentes de una partida, sino a saber gestionar la tensión en los momentos clave de cada mano que se juega.

Esos pequeños momentos que superan a algunos, son los que encumbran a otros jugadores. Apunten términos como emociones y sensaciones; autocontrol en momento de euforia o pesimismo; en modificar estrategias fallidas; en lanzarse un farol o descubrir un farol del contrincante. La paciencia, la disciplina, domar al estrés y ser objetivos ayudan a tener éxito en el póker desde un plano psicológico. Antes de desglosar estos aspectos, los expertos indican que todo jugador también debe controlar otros factores como el miedo, el orgullo o la frustración.

Gestión del estrés

Todo principiante debe entender que disponer de una cierta tranquilidad psicológica y dominio del entorno es algo que no se consigue de forma súbita, sino que requiere de mucho entrenamiento, práctica, e incluso de la ayuda de profesionales de esta rama de la ciencia del cuerpo humano. De igual manera que se aprenden conocimientos sobre las posibles manos para completar nuestra jugada, también se debe aprender a gestionar estos aspectos psicológicos y posteriormente, saber ponerlos en práctica de manera correcta. 

¿Conocen el tilt en el póker? Este término se usa para referirse a ese momento donde el jugador adopta una estrategia demasiado agresiva fruto de la frustración, casi siempre por haber perdido una mano anterior. ¿Cómo gestionarlo? Lo primero es saber reconocer cuando se está sufriendo un alto nivel de estrés y aplicar alguna técnica de relajación previamente aprendida. También resulta necesario establecer una serie de metas a lo largo de esa curva de aprendizaje, pero siendo siempre realistas. Por ejemplo, si entramos en una mesa donde hay jugadores de mucho nivel o se juega en un nivel de apuestas superior al que nos podemos permitir, es posible que suframos un episodio de gran estrés. 

No sentarse en una mesa estando cansado es otro aval en favor de cualquier jugador. El póker requiere de jugadores con una mente despejada que tomen decisiones de forma rápida. Si estamos cansados, nuestro nivel de estrés aumentará como consecuencia de aplicar estrategias erróneas.

De los tilt a los tells

Este segundo término anglosajón se refiere a esos comportamientos, conscientes o inconscientes, que todos los jugadores experimentan durante una partida. Son pequeños gestos faciales o reacciones del cuerpo como una mayor sudoración que nos delatarán a la hora de realizar alguna estrategia. Obviamente, estas "pistas" corporales jugarán en nuestra contra o quizá a nuestro favor si los adversarios no saben interpretarlas. 

Apunten aspectos aparentemente banales (pero importantes y trascendentes en el desarrollo de una partida de póker) como los siguientes: sudoración excesiva, gestos de nerviosismo, temblor en las manos, tardar demasiado en tomar una decisión, sufrir tics nerviosos o mirar en exceso las cartas. Todo ello son pistas que los jugadores experimentados pueden interpretar a usar a su favor en una partida de cierto nivel.

¿Y qué hay de marcarse un farol? Se trata de un arte y habitualmente puede significar la diferencia entre un buen jugador y un gran jugador. Se puede estudiar cómo hacerlo e incluso tratar de ponerlo en práctica una y otra vez, pero no hay trucos ni atajos a la hora de llevarlo a cabo. Normalmente la experiencia es un grado en partidas de alto nivel y eso aplica también a los faroles. Dominarlos es la técnica definitiva para ganar manos que de otro modo no se podrían lograr. 

Por todo ello, la psicología en el póker juega un papel determinante y no es sólo la habilidad jugando la que puede decidir el ganador. Ser capaz de controlar tus emociones, actuar con calma y tener un plan para cualquier contigencia puede significar la diferencia entre la victoria y la derrota.

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