Como hemos comentado en la
primera parte de esta serie de post dedicados a analizar los tells en el póker,
pueden ser interpretados de muchas maneras en función del contexto en el
que se produzcan. Para hacer una lectura correcta de los tells es necesario analizar
toda la mano, no un tell aislado, porque si hacemos eso corremos el riesgo de
equivocarnos en nuestras conclusiones y meter la pata hasta el fondo.
Evidentemente, para hacer un análisis
adecuado de los tells es necesario identificar los tells de la manera
correcta y hacerlo a tiempo. Los tiempos en el póker son cruciales, y más en
los tells, reacciones cuyos primeros segundos dan una información esencial que
pueden tener mucho peso en nuestra estrategia.
Ahora bien, ¿qué pautas podemos
seguir para hacer una lectura correcta? ¿Podemos usar nuestra habilidad
para reconocer tells y ocultar los nuestros al mismo tiempo? Veámoslo.
La lectura de tells es algo que
tiene lugar de manera paulatina. Es decir, tu jugada no va a definirse en la
primera lectura de tells que hagas, sino que va a ir evolucionando conforme
lo haga la partida y las expresiones y reacciones de los rivales vayan
cambiando.
En el primer capítulo hablábamos
del neurocórtex y del sistema límbico como orígenes biológicos de los
tells. Aunque mencionábamos que el sistema límbico tenía más peso en la parte
analítica, no hay que confundir el papel que juega antes de los tells.
El sistema límbico del cuerpo
humano gestiona reacciones inesperadas, más genuinas, lo cual desemboca
en una mayor necesidad de análisis por parte de los jugadores que están
intentando analizar los tells. ¿En qué influye esto? A ti te da igual si es el
neurocórtex o el sistema límbico el que desencadena una reacción inesperada, pero
has de saber que tu capacidad analítica va a tener que trabajar a tope cuando
estas reacciones tengan lugar.
¿Por qué? Porque las reacciones
auténticas, las que el cuerpo lleva a cabo sin que se puedan disimular o
controlar, duran apenas un segundo. Esos son los tells que más te interesan
para descubrir el juego del rival, los que información más veraz te van a dar.
¿Recuerdas que hablábamos en el
primer capítulo de los tells conflictivos o contradictorios? Pues, ante la
duda, la primera reacción va a ser siempre de la que más te puedas fiar,
precisamente porque el sistema límbico es el que entra en juego en los dos
primeros segundos, cuando al ser humano todavía no le da tiempo a disimular su
reacción.
Debes entender que el análisis
de los tells empieza en el mismo momento te incorporas a la mesa. En el
póker en vivo, por ejemplo, al llegar a la mesa ya te deberías estar fijando en
cómo es la postura relajada de los jugadores. Porque cualquier cambio durante
la partida va a denotar sus intenciones durante el juego.
El póker se desarrolla de la
misma manera que una persecución o una amenaza en la vida real. En entornos
salvajes, todos los seres vivos reaccionan de tres maneras ante el peligro:
quedándose inmovilizados para dejar pasar el peligro, huyendo o enfrentándose
de cara a la amenaza. En ese orden.
En el póker sucede lo mismo: cuando
un jugador quiere no llamar la atención, normalmente se le corta la respiración
unos segundos. Quizá haya hecho un farol y lo que quiera precisamente es pasar
desapercibido para no ser descubierto. Ojo a este dato.
Esa es una respuesta pasiva, pero
también se puede tener una respuesta activa: la huida. En el póker no es
posible salir corriendo, pero sí podemos querer retirarnos de la mano
cuando hemos visto que hay un peligro que nos acecha y ante el cual no podemos
pasar desapercibidos. Alejarse de las cartas es lo más común cuando esto
sucede. Si lo ves en un jugador, es que se siente amenazado y quiere irse.
La respuesta hiperactiva es la de
enfrentarse de cara al peligro. En el póker, esto se traduce en una
estrategia agresiva rozando muchas veces lo kamikaze, dependiendo del jugador.
Hay quienes saben medir su fuerza, pero otros estarán dispuestos a morir
matando, los maníacos. Si los detectas, pasa de ellos para que no te arrastren.
Que gestionen ellos solitos su peligro.
Muy bien, ya sabemos cómo se
puede reaccionar cuando nos hemos dado cuenta de que han estudiado nuestros
tells. Pero, ¿qué hay que hacer si queremos ocultarlos? Allá van una serie de
consejos para que te sea más fácil camuflar tus cantes y que no te
puedan radiografiar tan fácilmente:
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