En el mundillo de las apuestas
deportivas se le llama risk taker al apostador que asume más riesgo del
necesario en sus apuestas deportivas. Lejos de ser un jugador incompetente o
temerario, se trata de un apostador que es consciente del riesgo que corre
y que sopesa las probabilidades que tiene para realizar una apuesta agresiva.
Con ello, consigue ampliar el
margen de posibilidades a la hora de obtener un beneficio adicional en caso de
acertar. Sin embargo, mantener en el tiempo una serie de apuestas agresivas
pone en riesgo al apostador, por lo que es necesario medir cada movimiento y
tener en cuenta el volumen de la cuota en cada caso.
Un risk taker puede ser un
jugador que sume un riesgo mayor del habitual en una apuesta, un jugador
agresivo por naturaleza o un jugador que decide realizar apuestas con más
margen de error de manera puntual en eventos señalados, en función de las
circunstancias de cada caso.
También puede ser una combinación
de estos tres rasgos, dando como resultado un apostador que, por naturaleza,
realiza apuestas agresivas.
No hay una estrategia clara o un
rasgo específico que delate a un risk taker. Es, simplemente, alguien
que decide asumir riesgos de manera natural en una apuesta deportiva.
Un ejemplo lo tenemos en aquellos
apostadores que deciden incluir un banker en sus jugadas. Añadir un
banker supone crear una apuesta combinada dentro de otra combinada, aumentando
el premio potencial, pero haciendo que sea más peligroso al exponerse a
pérdidas mayores.
Otra manera de descubrir a un
risk taker es mediante un underdog. Apostar al underdog es arriesgado y
es algo que solo los apostadores con ganas de asumir riesgos hacen. Si
encuentras un apostador que lo haga, podrías llamarlo risk taker sin dudarlo.
Las apuestas underdog son
apuestas que se realizan con una nula posibilidad de éxito. Son las que tienen
menos posibilidades de salir bien pero que se mantienen en el margen de lo
factible. No hay que confundir una apuesta al underdog con hacer overbetting,
algo que explicamos más abajo.
Aunque los beneficios
potenciales de las apuestas agresivas están ahí, en realidad un chalk
player cuenta siempre con más probabilidades de crear un flujo de beneficios
más constante, aunque reducido.
Un chalk player es todo lo
opuesto a un risk taker: se trata de un perfil de apostador que lleva a
cabo apuestas de una manera muy conservadora, evitando asumir riesgos y
minimizando siempre las pérdidas.
Decíamos al principio que un
risk taker no es lo mismo que un apostador imprudente. La diferencia entre
uno y otro está en que el primero es consciente de los riesgos que corre y de
las probabilidades que tiene de perder la apuesta, mientras que el segundo
normalmente no sabe realmente el alcance de su jugada.
No todo son ventajas de un estilo
de juego agresivo. Para empezar, un risk taker es comedido, paciente y
analítico. Sabe en todo momento qué posición ocupa su jugada y cuál es el
porcentaje de victoria.
Por eso se dice que un risk taker
es un apostador experimentado, dado que un principiante muchas veces comete
errores de juego agresivo por ignorancia, no por voluntad propia. Un
riesgo accidental o imprudente no es válido para ser considerado un rasgo
propio de un risk taker.
Por otro lado, un risk taker es
un apostador que no siempre tiene por qué mantener el mismo nivel de
agresividad en todas sus jugadas. Aunque por norma general un risk taker suele
mantener un nivel de agresividad medio más alto que el del resto
de apostadores, no siempre tiene por qué hacerlo si considera que su jugada
excede el umbral de riesgo que considera válido.
Lo que nunca hace un risk taker
es lanzarse a cuotas muy improbables. Además, otro rasgo característico
es que un risk taker auténtico fija stakes reales de apuesta antes de jugar, y
bajo ningún concepto realiza overbetting.
El overbetting es un concepto que
hace referencia al hecho de apostar por encima de tus propias posibilidades; es
decir, una apuesta suicida. Un risk taker asume riesgos, pero nunca
apuesta más allá del umbral de riesgo que considera más seguro, por lo que es
un tipo de jugada que queda fuera de lo que hace un risk taker de verdad.
En aquellas ocasiones en que la
apuesta falla y el apostador sufre pérdidas, jamás intenta recuperarlas con una
apuesta el doble de agresiva. Eso es un error de novato, aplicable a
apuestas deportivas, póker y cualquier otro juego en el que se realicen
apuestas con dinero o fichas. Nunca hay que intentar compensar una pérdida con
un doble o nada porque el riesgo de que salga mal es muy alto.
Si cumples estos rasgos, eres un
apostador calmado que contempla la posibilidad de perder con una apuesta
arriesgada, pero que nunca toma riesgos de más, evita el overbetting y
tienes la suficiente experiencia como para analizar con éxito la situación deportiva
del momento (y, sobre todo, mantienes un nivel de riesgo medio-alto en tus
apuestas de manera recurrente), entonces puedes ser considerado un risk taker.
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